@Eduardo Segovia - 05/12/2007
La venta del negocio de banca privada de Morgan Stanley es el primer capítulo de la crisis que se avecina en la banca privada en España, según varios expertos del sector. Una crisis que va a ser especialmente grave por el exceso de oferta y por la incapacidad de todas las entidades para rentabilizar el negocio de patrimonios pequeños y medianos, justo el que vende Morgan.
Un alto ejecutivo de un importante banco español afirma tajante: "Claro que hay una burbuja en banca privada, el que lo niegue miente". "El secreto para sobrevivir está en fidelizar al cliente para conservarlo cuando se agrave la crisis", añade.
Especialmente preocupante es la cuestión de los patrimonios pequeños y medianos. Morgan Stanley pretende desprenderse de este negocio porque "no encaja con su modelo fuera de EEUU, que se basa en la gestión de altos patrimonios". De hecho, la entidad pretende dejar este negocio, que se lleva desde Londres, fuera del paquete que va a vender... pero es precisamente lo que más interesa a los posibles compradores. "Si esto se queda fuera, nadie se lo va a comprar salvo que rebajen notablemente el precio", apuntan en una gestora independiente.
Los pequeños patrimonios no son rentables...
En todo caso, está claro que todas las entidades apuestan por el negocio de altos patrimonios, cuanto más altos mejor, y que huyen de los pequeños. Ahí está el desembarco de Goldman Sachs en busca de clientes con más de 6 millones de euros, por ejemplo. La razón es sencilla: "Los altos patrimonios te dan una gran rentabilidad porque con pocos recursos gestionas muchos activos; por el contrario, los pequeños requieren unos costes muy altos y difíciles de rentabilizar", explican en una gran entidad extranjera.
Esta situación pone en el ojo del huracán a UBS, puesto que su modelo es muy parecido al de Morgan: se centra en los patrimonios medios y bajos, tiene unos activos parecidos (7.600 millones al cierre de 2006) y cuenta con 380 empleados sólo en banca privada (Morgan tiene 494 entre todas las áreas), aunque su red de oficinas es mucho más pequeña: seis frente a las 29 de Morgan. Estas semejanzas pueden implicar que esté interesado en comprar la filial del banco norteamericano o bien que pueda correr su misma suerte. De hecho, su matriz se planteó este verano desgajar su actividad de banca privada en Europa. No obstante, fuentes del suizo recuerdan que el modelo de UBS en España es el mismo que en todo el mundo, al contrario que Morgan.
... pero la crisis del ladrillo se cebará en los grandes patrimonios
El problema es que, si todo el mundo juega a lo mismo, no todos pueden ganar. Hasta ahora sí era posible, porque el fuerte crecimiento de los altos patrimonios en España permitía hacer negocio de banca privada a bancos, cajas, franceses, norteamericanos, suizos, boutiques, etc. Pero ahora que se han acabado los pelotazos inmobiliarios, la principal fuente de riqueza de los últimos años, y que las operaciones corporativas se han puesto mucho más difíciles con la crisis de crédito, esta edad de oro toca a su fin. Máxime con la inflación salarial que ha vivido el sector.
Algunos profesionales sostienen que la crisis del ladrillo tendrá un efecto positivo para la banca privada, puesto que el dinero que sale del sector inmobiliario irá a parar a inversión financiera. Sin embargo, otros lo ponen seriamente en duda: "El dinero que se va a secar es el de los promotores y los nuevos ricos, mientras que el dinero que se va a desviar a la bolsa es de pequeños patrimonios", asegura una firma independiente, que está convencida de que "la crisis del ladrillo va a revelar la enorme sobreoferta que existe en el segmento de altos patrimonios".
Si esto es cierto, lo más interesante parece justo lo contrario de lo que está haciendo todo el mundo: centrarse en los patrimonios medios y bajos. Pero la necesidad de rentabilizar el negocio a corto plazo impide este cambio de modelo. Ni siquiera los grandes bancos y cajas pretenden lanzar un negocio de banca personal (en realidad ése es su nombre) en serio; de hecho, alguno de los interesados en Morgan Stanley pretende quedarse con los clientes ricos y "pasar a la red" los pequeños. El hueco está libre y ya hay algunas entidades independientes dispuestas a ocuparlo, muchas de ellas a través de la nueva figura de la empresa de asesoramiento financiero que ha creado la MiFID.
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